| En los medios |
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Maternidad sin límites por Luis Eduardo Martínez Periódico El Cisne, Buenos Aires, octubre de 2004 nota no disponible en la versión online del periódico Frente a la irrealidad de tantos esquemas de pertenencia e idealización que la socioedad acepta y reproduce sin ningún tipo de cuestionamiento, frente a las aparentes necesidades que estos esquemas proyectan sin saber bien si nos pertenecen o a qué costo, difícil es conseguir que nuestra mirada no se vuelva ajena. Precisamente, frente a tanta carrera de reducción y exclusión en que a veces toma forma la realidad nos quedan resguardadas pequeñas verdades, pequeñas historias de personas reales en sus reales logros y sus reales dificultades y necesidades que día a día, momento a momento, habitando su presencia, nos muestran la vulnerabilidad y lo supuesto de ciertas limitaciones y nos permiten descansar la mirada y despejarnos de tanto grillete y artificio. Historias como la de Mónica Chirife, que se construyen continuamente, vienen acompañadas de esfuerzo, de momentos difíciles, de temor y de dudas, de mucha pasión y amor, de deseos vitales; historias humanas, posibles, historias con brazos abiertos que confirman que la realidad es ese recorte donde ubicamos nuestra atención y nuestro compromiso. Mónica Chirife nació en Rosario el 27 de julio de 1950. A la edad de siete años contrajo poliomielitis, dejándole como secuela lo que técnicamente se conoce como cuadriparesia, una dificultad severa en el movimiento de sus cuatro miembros. Con sus límites y sus deseos, Mónica obtuvo el título de maestra de Inglés y ejerció como tal, se ha dedicado a la pintura y en 1981 produjo y protagonizó el documental "A bordo de un carrito", dirigido por Mario Piazza, reconocido cineasta documentalista, director de obras como "La Escuela de la Señorita Olga", con quien se casó en 1986. En ese documental se mostraban escenas de su vida y la cotidianeidad de los integrantes del Club Rosarino de Lisiados. Al respecto, comenta Mónica: "Como digo en la misma película, mi interés fue el de mostrar lo que somos capaces de hacer los que estamos discapacitados". Fue a partir de este trabajo que entre ella y Mario nació una relación de amor y de proyectos compartidos. Quizás el más especial de esos "proyectos" fue el nacimiento, luego de dos dolorosos intentos frustrados, de María Victoria, su hija, que actualmente tiene catorce años y colabora solidariamente con la labor de sus padres y el trabajo en la vida cotidiana. Hoy y desde hace unos años, Mónica y Mario están trabajando en un nuevo proyecto llamado "Madres con ruedas", que engloba las experiencias de otras mujeres que, como ella, sondeando sus límites y con un profundo anhelo de realizacióin, materializaron su deseo de ser madres. Los objetivos de ambos en relación a esta experiencia son muy concretos: "Mis aspiraciones son las de poder transmitir el deseo, el esfuerzo y la búsqueda de esas mamás como yo." Por su parte, Mario dice que quiere mostrar que hay aspiraciones que no se suspenden por una adversidad física y existe otro modo de mirar las cosas. Y cree que va a ser una película que va a conmover a la gente y a sorprender por estar hecha "desde adentro". "Entre las motivaciones para hacer este film están también vinculados el deseo de comunicarse con gente en similares situaciones e incluso con quienes no lo están, junto con el deseo de revalorizar y darle otro sentido a la propia existencia, comunicar imágenes de una lucha y mostrar a todos lo que puede lograrse frente a severas adversidades. Es en ese sentido que este film podría percibirse como una metáfora y un mensaje para las personas de un país, como el nuestro, que atraviesa tan serias dificultades". Si bien Mónica y Mario han contado con un subsidio municipal que les permitió avanzar en la realización del film, tienen por delante una considerable etapa con rodajes adicionales, edición y terminación. (...) Es vital que experiencias como ésta puedan concretarse, que otras tantas historias reales nos lleguen, nos rodeen y conformen nuestra cotidianeidad, que se entramen con nuestras propias historias para "insertarnos" en algo más que un simple concepto participativo, para hacerle frente a ese fantasma de una sociedad simulada y forzada que a veces se escapa de nuestras distracciones.
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